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Abraham Cruzvillegas, Lote vacío (2015). ©Andrew Dunkley
Abraham Abraham Cruzvillegas, Lote vacío (2015). Tomada del Facebook de kurimanzutto, Lote vacío (2015). Tomada del Facebook de kurimanzutto
Abraham Cruzvillegas, Lote vacío (2015). Tomada del Facebook de kurimanzutto
Abraham Cruzvillegas, Lote vacío (2015). Tomada del Facebook de kurimanzutto

Reseña: Empty Lot de Abraham Cruzvillegas

20.10.2015

Una nueva temporada de arte dio inicio en Londres con el proyecto de sitio específico Empty Lot de Abraham Cruzvillegas (México DF, 1968), que la Tate Modern dio a conocer durante la primera noche de la feria de arte Frieze. La instalación del artista mexicano en la Sala de Turbinas inaugura una nueva serie de colaboraciones entre la galería y el patrocinador Hyundai Motor, que será el encargado de apoyar, al menos durante la próxima década, al famoso programa de comisiones a artistas internacionales.

La propuesta de Cruzvillegas surge en medio de un momento significativo para la historia de la galería, y captura con exactitud el sentimiento de “expectativa” que literalmente rodea al espacio. A un lado de la rampa de entrada de la Sala de Turbinas, las grúas del “Proyecto Tate Modern” se emplazan como promesa de su tan esperada extensión que será inaugurada en junio de 2016. Al interior, Empty Lot monta un huerto donde una serie de plantas y organismos vivos podrían —o no— crecer como resultado de procesos no planificados.

Los andamios de la estructura son elementos dominantes que exponen el estado inconcluso de ambos proyectos. Sin embargo, mientras la apariencia incompleta del nuevo edificio de la Tate Modern será resuelta con la inminente conclusión de los trabajos de construcción, la estructura improvisada de Cruzvillegas juega con lo impredecible de su forma final, creando una plataforma en donde la vida y el azar se encuentran para generar un espacio de esperanza y transformación.

Más de doscientas jardineras triangulares y contenedores llenos de composta y tierra local están dispuestos cuidadosamente sobre dos plataformas de madera situadas a cada lado del puente peatonal de la Sala de Turbinas. Aunque se dedicó mucho esfuerzo en la extracción de tierra de diferentes locaciones —alrededor de 30 parques y zonas verdes, incluyendo el jardín del curador Mark Godfrey—, nada ha sido plantado allí. En los próximos seis meses que durará la instalación podría surgir un crecimiento espontáneo e impredecible, como resultado de la interacción entre los diferentes tipos de tierra y el microclima de la sala.

La mejor vista de la obra se puede observar desde los pisos superiores de la galería, donde la delicada composición de las macetas forma un patrón abstracto de formas triangulares y tonos contrastantes. Sin embargo, algunos de sus detalles sólo pueden ser apreciados desde cerca: las bolsas de tierra inclinadas en las jardineras, las redes laminadas, las tuberías de agua, o las lámparas que el artista ensambló con materiales reciclados encontrados en la región. Mitad readymades, mitad herramientas de trabajo, estos elementos hacen visible el equipo de montaje que ha apoyado la producción de la obra a través de diferentes sitios y comunidades de expertos.

Por su parte, el aspecto inconcluso de Empty Lot conserva la estética Hazlo tú mismo presente en el trabajo de Cruzvillegas, que además se ocupa del concepto de autoconstrucción y el reciclaje de artículos desechados. En relación con sus proyectos anteriores, el artista recurre, metafóricamente, al uso de andamios para describir la forma en que su práctica opera a través de diferentes entornos económicos y sociales.[1] Pero en la Tate Modern, las demandas conceptuales e ideológicas son derribadas por esas estructuras temporales, que sólo operan como una modesta función anti-estética. Así, ocupan, impasibles, la planta baja de la Sala de Turbinas, como modelos en miniatura de sus pares al exterior.

Más allá de este paralelismo, curiosamente la obra aparece distante del contexto espacial de la ciudad que declara retratar. Tampoco es particularmente atractiva en tanto a oasis de tranquilidad en medio del ajetreado entorno construido. Como la comisión inaugural de Hyundai, Empty Lot apunta hacia una dirección ambivalente: la de una instalación de arte del tipo menos espectacular, que puede o no provocar reacciones animadas.

 


Gaia Tedone es curadora independiente y maestra en Curaduría por la Universidad de Goldsmiths. Participó en el Programa de estudios independientes del Museo Whitney y formó parte del departamento de curaduría de la Tate Modern.

 

[1] Cruzvillegas, Abraham. Autoconstrucción (2008). Glasgow: Centre for Contemporary Arts, p. 3.

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