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A Living Man Declared Dead de Taryn Simon en el MoMA

31.07.2012

Para haber nacido en 1975, Taryn Simon tiene ya un buen trayecto recorrido, y es ya una de las fotógrafas actuales de mayor renombre. No por nada es representada por Larry Gagosian —quien representa también a Damien Hirst, Richard Serra o Joseph Beuys, entre muchos otros.

Su trabajo se centra en series de fotografías que desafían una clasificación fija y se ubican en la muy delgada línea entre la fotografía documental y el arte contemporáneo. Entre sus series más representativas están Contraband de 2010, que consiste en 1,075 fotografías tomadas en la aduana del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, que documentan los extraños objetos que la gente intenta ingresar de contrabando a los Estados Unidos; o The Innocents de 2003, donde Simon documenta las historias de gente encarcelada por crímenes que no cometieron. Su obra ha sido expuesta en algunas de las galerías y museos más importantes del mundo y formó parte del pabellón danés en la Bienal de Venecia 2011.

A partir del 2 de mayo, su proyecto fotográfico A Living Man Declared Dead and Other Chapters I-XVIII será exhibido en el MoMA. Se trata de una serie de 18 genealogías familiares, cada una con algún caso extrañamente particular. Cada familia es, también, el capítulo de un libro. El primero —que le da nombre a todo el libro— está centrado en un hombre vivo de la India que fue declarado muerto en todos los documentos oficiales. Nueve de estas genealogías serán presentadas en el MoMA. Cada una consta de tres segmentos: el primero muestra retratos grandes de los miembros de la familia; el segundo muestra un texto y el tercero contiene la evidencia fotográfica del caso.

En la intersección entre el arte y el fotoperiodismo, la obra investiga las implicaciones de un caso así dentro de una línea familiar, el impacto que tiene un espacio en blanco, un espacio tachado, modificado, borrado accidental o intencionalmente, en las demás partículas que conforman un árbol genealógico.

La geografía también es amplia: durante cuatro años Simon viajó por el mundo; en su investigación se adentró en las guerras de clanes en Brasil, la poligamia en Kenia, las víctimas del genocidio en Bosnia, conejos de laboratorio infectados en Australia, entrevistó al doble de Uday Hussein, hijo de Saddam, etcétera. Encontró casos en los que las fuerzas externas —religión, política, casualidad— se encuentran con las fuerzas internas, psíquicas, demostrando que esa división exterior/interior no es tan clara ni definida. Estos accidentes del pasado, ¿qué tanto determinan el futuro? ¿Qué consecuencias tienen las acciones de y hacia una persona para sus descendientes? Éstas son sólo algunas preguntas que abre la obra de Taryn Simon, y que deja sin respuesta.

www.moma.org

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