Penguins Mirror es una instalación interactiva de 450 pingüinos motorizados esparcidos por el suelo de Daniel Rozin. Si bien es ridículamente increíble que exista un espejo de peluche que se mueve y reacciona al movimiento del espectador, también lo es que generen patrones visuales de movimiento y color sumamente interesantes.

Tal y como ha hecho con otros de sus espejos cinéticos, Rozin utiliza el blanco y negro para generar siluetas que se mueven en respuesta a los movimientos capturados por sensores de movimiento en las cámaras. De paleta reducida, pero de comportamiento barroco, lleva a cabo un absurdo y homogéneo sistema de movimiento. Jugando con las posibilidades de composición del blanco y negro, cada pingüino gira de lado a lado y responde a la presencia del espectador.

Mientras llevan a cabo el performance, la inteligencia colectiva de los pingüinos es desconcertante, pero de alguna manera familiar, pues se trata de peluches que interactúan para realizar una coreografía sumamente geométrica.

El video fue realizado y editado por Victoria Sendra.