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Réplica de la Capilla Sixtina, en la Ciudad de México. Imagen tomada de agitaciondesdelaperiferia.blogspot.mx
Montaje de la réplica de la Capilla Sixtina, en la Ciudad de México (2016). Imagen tomada de telam.com
Rafael Lozano Hemmer, Pulse Room (2006). Vista de la instalación en el Pabellón de México en la Bienal de Venecia. © Antimodular Research. Cortesía del artista
Rafael Lozano Hemmer, Pulse Room (2006). Vista de la instalación en el Pabellón de México en la Bienal de Venecia. © Antimodular Research. Cortesía del artista
Restauración de El Caballito. Imagen tomada de telefonorojo.mx
Restauración de El Caballito. Imagen tomada de pulsodf.com.mx
Espacio Escultórico en Ciudad Universitaria. Fotografía de Cuauhtémoc Islas.
Protesta contra el Edificio H en el Espacio Escultórico, Ciudad Universitaria. © Cuauhtémoc Islas
Archivo General de la Nación. © AGN
Toyo Ito, Museo Internacional del Barroco (2016). Cortesía del arquitecto
Exposición de Audi en el Museo Internacional del Barroco (2016). Imagen tomada de intoleranciadiario.com
Imagen posterior al anuncio de la Secretaría de Cultura. Tomada de institutoculturaldeleon.org.mx
Edificio Conaculta. ©Daniel Fabián López Ordaz
Rafael Tovar y de Teresa, secretario de Cultura.
Toma de protesta de Rafael Tovar y de Teresa como secretario de Cultura
Recorte al presupuesto de cultura. Tomada de Horizontal.mx
Palacio de Bellas Artes. Recorte al presupuesto de cultura
Mexicable. Imagen tomada del perfil de Flickr de Eruviel Ávila
Inauguración de Mexicable. Imagen tomada del perfil de Flickr de Eruviel Ávila

9 despropósitos gubernamentales de 2016 en el ámbito cultural

02.12.2016

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2016 ha sido un año convulso. Pero para desastres, México se supera a sí mismo. Los momentos y noticias turbias no han cesado en nuestro país: desde la cada vez mayor depreciación del peso y la corrupción (permisible a nivel de gobierno) de ex gobernadores, hasta el aniversario de la llamada «Guerra contra el narcotráfico», que a diez años de haber iniciado sólo ha provocado una ola fulminante de violencia. Aunque el desaliento no es total, en materia de cultura e infraestructura el panorama no es muy diferente. ¿Cuándo dejaremos de entender a la cultura y la ciudad como ámbitos de segunda mano?

Repasamos 9 despropósitos gubernamentales acontecidos a lo largo del año, que no sólo revelan la falta de interés y entendimiento del patrimonio cultural —material e inmaterial— de México, sino la ausencia de políticas culturales y el desapego de las instituciones. Una realidad de amplia tradición en nuestro territorio. El orden es alfabético.

—Capilla Sixtina en México

De voz a voz se regó el rumor: «la Capilla Sixtina en México recibe más visitas que la original.» ¡Todo un éxito! Las políticas culturales en nuestro país siguen midiendo su impacto en datos duros: la réplica de la Capilla Sixtina que se instaló en la Plaza de la República recibió más de un millón de visitantes. ¿Qué más pedir? Para el ciudadano promedio que tiene derecho a la cultura pero que no puede costear un viaje a Italia, de junio a agosto se pudo visitar una estructura similar a una capilla que resguardó 2 mil 800 fotografías en alta definición y un espectáculo multimedia que explicaba de forma interactiva la historia detrás de la obra maestra de Miguel Ángel.

Si bien el proyecto tuvo una inversión privada cercana a los 45 millones de pesos, la intención deja entrever una administración cultural basada en el entretenimiento y definida por el ánimo empresarial. Es necesario observar más allá de los frescos italianos para vislumbrar los (des)propósitos de un proyecto de este tipo.

Réplica de la Capilla Sixtina, en la Ciudad de México. Imagen tomada de agitaciondesdelaperiferia.blogspot.mx

 

—Convocatoria para el Pabellón de México en la Bienal de Arte de Venecia

Cada dos años se repite la misma historia. México no ha preparado el proyecto que lo representara en la Bienal de Venecia. Pero en 2016 incluso se ha llegado al extremo: se acercaba noviembre y no se había lanzado siquiera la convocatoria. ¿Que esperar de este fallo? Se solicita artista que tenga un proyecto de emergencia listo para ser instalado. Otros requisitos: que tenga un costo moderado, que no hiera susceptibilidades, que sea admirado a nivel mundial. ¿Algún valiente?

El pasado 18 de noviembre el INBA anunció que Carlos Amorales representará a México en la 57 Muestra Internacional de Arte de la Bienal de Venecia, con el proyecto La vida en los pliegues bajo la curaduría de Pablo León de la Barra. Los resultados de una convocatoria al vapor se verán en 6 meses.

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El Caballito

Todo comenzó en 2013. Pero la trágica historia de la famosa escultura de El Caballito que reposa(ba) afuera del MUNAL aún continúa y toma fuerza. Después de que fuera limpiada con ácido nítrico por un equipo liderado por Arturo Javier Marina Othón y que un “grupo de expertos” —convocados por el Gobierno del Distrito Federal— decidiera “imitar la pátina”, el INAH registró entre 45 y 50% de daño irreversible en la obra del arquitecto valenciano Manuel Tolsá. A casi 4 años de la errática intervención, y después de un ir y venir propio de la burocracia mexicana, parece que El Caballito sanará en 2017.

La Coordinadora Nacional de Conservación del Patrimonio Cultura, Liliana Giourguli Chávez, dio a conocer recientemente que el nuevo proyecto de restauración tendrá un costo de 5 millones 576 mil 995 pesos. Un presupuesto digno para el caballo de Carlos V. O, mejor dicho, para sanar los daños ocasionados por la falta de experiencia y conocimiento en términos de conservación de patrimonio, y por la corrupción disfrazada de buenas intenciones. Para fingir transparencia, el proyecto se puede seguir en elcaballito.inah.gob.mx

Restauración de El Caballito. Imagen tomada de telefonorojo.mx

 

El Espacio Escultórico y el edificio H

¿Qué tienen en común el Espacio Escultórico y el edificio H? Ambos son patrimonio, según Mireya Ímaz Gispert, coordinadora del Programa Universitario de Estrategias para la Sustentabilidad de la UNAM, quien dio marcha atrás a la petición de demoler el inmueble construido para la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. El fundamento no tiene sustento. A simple vista, todo se ve mal: el edificio H no sólo está en una reserva ecológica, sino que altera el paisaje del Espacio Escultórico, una de las obras escultóricas/arquitectónicas y de Land Art más importantes de México, concebido en 1979 por los artistas Helen Escobedo, Manuel Felguérez, Mathias Goeritz, Hersúa, Sebastián y Federico Silva.

La construcción del H es semejante a las miles que se levantan todos los años en la Ciudad de México para obstruir el paisaje. De frente al círculo que representa el cosmos prehispánico, un edificio de estética cualquiera —cuyo diseño no revela más que un estilo alienado— sobresale para romper con la quietud de un horizonte que forma parte de la obra y desde donde se pueden observar los volcanes. Este año, el patrimonio levantó voces. Un grupo conformado por agentes de la comunidad artística expresó su rechazó y se sumó a una campaña para demoler el edificio H que, como se mencionó, no fue escuchada. Si aquella estructura vertical es un patrimonio, ¿cuál es su aportación y valor simbólico? Si la UNAM no protege, preserva y resguarda el patrimonio cultural y artístico, ¿qué destino les depara?

Protesta contra el Edificio H en el Espacio Escultórico, Ciudad Universitaria. © Cuauhtémoc Islas

 

—Ley General de Archivos

En un momento en el que museos y bibliotecas internacionales se esfuerzan por digitalizar archivos históricos para facilitar la libre consulta pública, México parece apostar por esconder y ocultar —y hasta manipular— la memoria. Para muchos el tema es irrelevante, pero el asunto es mayor: si nuestro país padece de falta de transparencia y rendición de cuentas, con la manipulación de documentos y archivos que detallen un acontecimiento la opacidad continuará siendo un lugar común. Un ejemplo: bajo la nueva propuesta del Senado de la República, que busca dar control total de la política archivística del país a la Secretaría de Gobernación, casos como el de Ayotzinapa, Tlatlaya o Atenco, por mencionar algunos ejemplos, nunca podrán ser esclarecidos. ¿Por qué? El Gobierno en turno, aparentemente asesorado por un grupo de expertos, podrá decidir qué se considera como archivo y qué no. Archivar a conveniencia.

No es fortuito que el caso surja en tiempos de Peña Nieto —sí, el presidente asociado a Ayotzinapa, Tlatlaya y Atenco. En 2012, iniciado su gobierno, entró en vigor la Ley General de Archivos que arrancó con la “protección” del Archivo General de la Nación. Actualmente, bajo este nuevo estatuto, se presume la libre consulta de los archivos. Bien, ¿pero qué archivos vamos a consultar? Sólo los que el poder en turno resguarde.

Archivo General de la Nación. © AGN

 

—Museo Internacional del Barroco

Rafael Moreno Valle tiene mucho en común con Miguel Ángel Mancera: ambos entienden la ciudad como un parque de diversiones. Hay que atraer al turismo, dicen. Así, una rueda de la fortuna, el nombre de la ciudad convertida en marca o el fomento a la cultura son las mejores herramientas. Y Puebla, cómo no, es una ciudad cosmopolita, digna de albergar una obra de un arquitecto superestrella de renombre internacional. ¿A qué precio? 7, 280 millones de pesos y una concesión privada por más de 23 años. Ni más ni menos.

El Museo Internacional del Barroco presentó fallas desde su inauguración en febrero: no sólo su inversión es exorbitante, sino que su construcción —presumen— se realizó en tiempo récord y su colección está formada gracias a un desmantelamiento a las colecciones de otros museos. El edificio, del arquitecto japonés Toyo Ito, es lo mejor pero lo de menos. La enorme estructura, en todo su esplendor, contrasta con la ciudad y, como fantasma, oculta la ausencia de un plan o programa cultural. Porque es un museo, ¿no? En su interior, muebles barrocos con una disposición que nos recuerda al mejor intento de interiorismo de mueblería. Al exterior, un desfile de automóviles Audi. Puro arte y cultura.

Exposición de Audi en el Museo Internacional del Barroco (2016). Imagen tomada de intoleranciadiario.com

 

—Nueva Secretaría de Cultura

2 de septiembre de 2015, Enrique Peña Nieto ha hablado: habemus Secretaría de Cultura. Así, sin más ni menos. Primero la propuesta, luego el decreto (en diciembre de 2015), pero nada de claridad, ni transparencia, ni forma, ni contenido… La burocracia siendo burocracia. Todo un año se ha dedicado a “dar forma” a una organización que, aún con reglamento recién publicado, sigue con rumbo incierto. Dos cosas quedan claras: el Conaculta estrena nombre, y Rafael Tovar y de Teresa es el dinosaurio de la cultura en México. Nada nuevo en el horizonte. Sólo más preguntas: ¿Cuáles son los propósitos de la nueva Secretaría de Cultura? ¿Se entenderá a la cultura como industria? ¿Hacia dónde va la cultura en nuestro país?

Toma de protesta de Rafael Tovar y de Teresa como secretario de Cultura

 

—Recorte al presupuesto de cultura

El sector de la cultura es uno de los más afectados en los recortes del presupuesto anual del gobierno de Peña Nieto. Aunque en los últimos tres sexenios el gasto en este terreno se ha reducido año con año, los recortes desde 2012 contrastan con las inversiones millonarias en proyectos culturales más cercanos al espectáculo y la creación de una Secretaría de Cultura que implica el establecimiento de un órgano burocrático de mayor dependencia económica. En 2017 el presupuesto se reducirá un 30%, lo que equivale a un total 2 mil 500 millones menos, que impactará directamente en los programas de la Secretaría de Cultura, el INAH, Radio Educación, Imcine y Estudios Churubusco. Es decir, la cultura contará con 3 mil 593 millones 32 mil 171 pesos para su desarrollo anual. Recordemos, ¿cuánto costó el Museo Internacional del Barroco?

Palacio de Bellas Artes. Recorte al presupuesto de cultura

 

Sistema teleférico Mexicable

Si la tierra no es suficiente, conquista el cielo. Y así se creó el Mexicable en una de las periferias urbanas más densas y caóticas del Estado de México: la Cañada, en el municipio de Ecatepec. Si la explosión demográfica no es resultado de una falta de regulación en políticas urbanas y surge como consecuencia de la generación espontánea, entonces el gobierno facilitará el camino. ¿Cómo?: con un sistema de transporte teleférico «moderno e innovador», que «cambiará la perspectiva y el entorno urbano de la zona», de acuerdo con el presidente de la República.

No basta con colocar césped artificial ni pintar murales para maquillar el horizonte de concreto que tanto caracteriza a las zonas conurbadas. Tampoco es suficiente tapar los problemas urbanos de la zona con un Mexicable que, desde su primer día, presentó problemas registrados por los usuarios a través de redes sociales. ¿No sería mejor un proyecto realmente planificado que se ocupe de forma integral de la zona y no sólo de uno de sus padecimientos? ¿El Mexicable será un transporte sustentable y vigente con el paso del tiempo? ¿Podrá una «góndola flotante» cambiar el entorno de la zona?, ¿cómo?

Mexicable. ©David Arcos García

 

[2 de diciembre de 2016]

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Protesta contra el Edificio H en el Espacio Escultórico, Ciudad Universitaria. © Cuauhtémoc Islas

Archivo General de la Nación. © AGN

Exposición de Audi en el Museo Internacional del Barroco (2016). Imagen tomada de intoleranciadiario.com

Toma de protesta de Rafael Tovar y de Teresa como secretario de Cultura

Palacio de Bellas Artes. Recorte al presupuesto de cultura

Mexicable. ©David Arcos García