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©Onnis Luque
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Galería: 50 años de Tlatelolco

24.11.2014

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El 21 de noviembre pasado se cumplieron 50 años de la inauguración de Tlatelolco, que en 1964 era visto como el modelo de vivienda del futuro. No obstante, su imagen se transformó hasta llegar a la de ahora: un multifamiliar atrapado entre la modernidad y la tragedia. En el especial de arquitectura (agosto-septiembre de 2014) de nuestra versión impresa publicamos un ensayo fotográfico de Onnis Luque y una crónica/ensayo de Juan Carlos Cano. Reproducimos aquí íntegramente el trabajo de Luque, así como algunos fragmentos del texto de Cano.

I

Hay sitios involuntarios. Sitios marcados por acontecimientos que a su pesar se vuelven paradigmas de los vicios y virtudes de alguna nación. Sitios cuya memoria subyacente es más significativa que el propio lugar físico, donde tanto el presente como cualquier acción futura están coordinados por ciertas huellas abstractas que quedaron insertas en la cotidianidad. Tlatelolco es uno de ellos. Un sitio imprevisible que desde hace siglos ha seguido un guión irremediable.

II

Pensemos que en este mismo lugar, en tiempos medicas, se encontraba el mercado más importante de Mesoamérica. aquí fue capturado Cuauhtémoc, el último tlatoani. Aquí, durante la Colonia, se fundó el Colegio de la Santa Cruz, la primera institución de estudios superiores dedicada a la educación del o que quedó de la nobleza indígena. […] Sin embargo, ya para 1958, Nonoalco y Tlatelolco eran barrios marginales en la muy noble, insigne y leal ciudad de México. Imaginemos entonces a la gente revolucionaria e institucional de esa ciudad ideando la ciudad del futuro.

III

Mario Pani era un personaje incombustible. Pocos arquitectos han sabido conseguir como él un equilibrio entre talento, visión, cercanía con el poder, rigor y espíritu de colaboración. […] Como buen hijo de la modernidad, el tema de la vivienda colectiva fue una de sus obsesiones, y encontró en México de mediados del siglo XX un terreno fértil para adelantarse a lo que se estaba gestando en Europa.

El proyecto del conjunto Nonoalco Tlatelolco iniciado en 1958 no era sino la primera fase de una serie de desarrollos habitacionales destinados a conseguir una “descentralización orgánica” y acabar con “la herradura de tugurios”, como la llamaba Pani, que rodeaba el centro de la ciudad de México, un cinturón que se extendía hacia el oriente y llegaba hasta Lecumberri. Sólo se construyó esta primera fase, pero aún así los números son impresionantes. 102 edificios en 94 mil metros cuadrados de extensión.

IV

México siempre sobrevive a sus contradicciones, es un país acostumbrado a transitar en mundos paralelos. Incluso es fascinante esa sensación de estar a la vanguardia y simultáneamente seguir en ele rezago. Mientras que Tlatelolco era construido, miles de viviendas informales desbordaban el oriente de la ciudad.

V

Cuatro años duró la utopía en Tlatelolco. Luego vendría la masacre del 2 de octubre de 1968 que convertiría a un conjunto habitacional en el símbolo de la decadencia de un sistema político. Irónicamente éste fue el momento en que las tres culturas de la plaza realmente se sintetizaron. Una sociedad obsesionada con su pasado que resurge con frecuencia de las maneras más inverosímiles. Nos matamos y a pesar de todo somos modernos.

[…] A cincuenta años de su construcción, se puede decir que si bien los edificios han sufrido deterioros importantes, que se han privatizado espacios públicos, o que la inseguridad es un tema constante, también es un lugar que genera una identidad fuerte entre sus habitantes, incluso ya es una referencia cultural importante de la ciudad de México.

 


[24 de noviembre de 2014]

 

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