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Alex Kiessling en colaboración con el estudio de diseño Strukt, Hybrid drawings (Longdistanceart), (2013). Tomada de la página del artista
Alex Kiessling en colaboración con el estudio de diseño Strukt, Hybrid drawings (Longdistanceart), (2013). Tomada de la página del artista
Alex Kiessling en colaboración con el estudio de diseño Strukt, Hybrid drawings (Longdistanceart), (2013). Tomada de la página del artista
Alex Kiessling en colaboración con el estudio de diseño Strukt, Hybrid drawings (Longdistanceart), (2013). Tomada de la página del artista
Boston Dynamics, Atlas, (2013). Tomada de la página de Boston Dynamics
Boston Dynamics, Atlas, (2013). Tomada de la página de Boston Dynamics
Boston Dynamics, Atlas, (2013). Tomada de la página de Boston Dynamics
Boston Dynamics, Atlas, (2013). Tomada de la página de Boston Dynamics
Suidobashi Heavy Industry, Kuratas, (2012). Tomada de la página de Suidobashi Heavy Industry
Suidobashi Heavy Industry, Kuratas, (2012). Tomada de la página de Suidobashi Heavy Industry
Suidobashi Heavy Industry, Kuratas, (2012). Tomada de la página de Suidobashi Heavy Industry
Suidobashi Heavy Industry, Kuratas, (2012). Tomada de la página de Suidobashi Heavy Industry
Frank Kolkman, Prototipos del proyecto OpenSurgery, (2015). Tomada de we make money not art
Frank Kolkman, Prototipos del proyecto OpenSurgery, (2015). Tomada de we make money not art
Frank Kolkman, Prototipos del proyecto OpenSurgery, (2015). Tomada de we make money not art
Frank Kolkman, Prototipos del proyecto OpenSurgery, (2015). Tomada de we make money not art
Desarrollado por un grupo de investigación del Instituto de Tecnología de Tokio, SOINN, (2013). Tomada de la página de SOINN
Desarrollado por un grupo de investigación del Instituto de Tecnología de Tokio, SOINN, (2013). Tomada de la página de SOINN
Desarrollado por un grupo de investigación del Instituto de Tecnología de Tokio, SOINN, (2013). Tomada de la página de SOINN
Desarrollado por un grupo de investigación del Instituto de Tecnología de Tokio, SOINN, (2013). Tomada de la página de SOINN

5 robots que no han olvidado las leyes de Asimov

10.08.2015

Código

El pasado 3 de agosto, el físico teórico Stephen Hawking y alrededor de 1,500 científicos firmaron una carta con un mensaje claro: la inteligencia artificial podría acabar con los humanos. Por otra parte, ¿podrían también representar el fin del trabajo? «La moral del trabajo es la moral de los esclavos y el mundo moderno no tiene necesidad de esclavitud», decía Bertrand Russel (Elogio de la ociosidad, 1932), imaginando un modelo social donde trabajasen las máquinas y el ser humano se dedicara a la labor ilustrada. Un siglo después la humanidad sigue siendo esclava de sus propias tareas, aunque los robots ya lideran fábricas y sus sistemas se ocupan de tareas como la aviación comercial. 

Pero antes de que la tecnología pudiera imaginar al robot, Isaac Asimov declaró su existencia en sus novelas de ciencia ficción. Las reglas para que puedan coexistir con nuestra raza son bien recordadas: 1) No dañar a los humanos, 2) obedecerles salvo conflicto con lo anterior y 3) autoprotegerse salvo conflicto con todo lo anterior.

Basta con que un gobierno imperialista elimine la primera ley para convertir a un robot en un asesino de acero. La carta firmada por los científicos se refiere a los robots militares autónomos que han sido creados en los últimos años con fines bélicos. Pero también hay esperanza en la robótica. Código selecciona 5 modelos recientes que han sido creados recientemente y ya están funcionando con fines imaginativos, artísticos, educativos y hasta filosóficos. 

 

1. Robots que replican arte (2013)

¿Cómo hacer que tres robots dispuestos en tres ciudades dibujen lo mismo de manera simultánea? El proyecto desarrollado por el artista Alex Kiessling, en colaboración con el estudio de diseño Strukt, lo logró con un sistema de rastreo de movimiento en tiempo real que duplica el desplazamiento de los trazos de Kiessling. El resultado: tres réplicas idénticas de un dibujo realizado por el artista, en Berlín, Londres y Breitscheidplatz. La tecnología desafía los límites del tiempo y el espacio en una entrega de arte a la larga distancia.

 

2. Atlas (2013)

Este robot humanoide fue desarrollado por Boston Dynamics para que interactúe con terrenos irregulares al aire libre. Atlas puede manipular herramientas de uso humano y ayudarse de sus extremidades para librar terrenos de difícil acceso. Además, cuenta con dos cámaras y un telémetro láser que lo convierte en un gran aliado para la exploración especial.

 

3. Kuratas (2012)

Como salido de una película de ciencia ficción japonesa, Kuratas es “una obra de arte”, en palabras de su creador Kugoro Kurata. Hay que decirlo: no es útil ni ayudará a mejorar la calidad de vida de la raza humana. ¿O sí? Su propósito es agrandar el imaginario de la humanidad y convertir en realidad el sueño de muchos: pilotear un enorme robot. El proyecto ha tenido mucho éxito entre los amantes de videojuegos, y sus posibilidades crecen a la par de la sofisticación de la realidad virtual.

 

 

4. Robot quirúrgico Házlo tu mismo (2015)

Preocupado por la accesibilidad a servicios de salud de calidad, Frank Kolman diseñó OpenSurgery, un proyecto en el que investiga las posibilidades para ensamblar robots quirúrgicos con el método Hazlo tú mismo. Ya existen algunos prototipos y han sido dispuestos al mundo en código abierto. El reto es que su costo sea menor a cinco mil dólares, propósito que podría ser realidad con la impresión 3D y el corte láser. Hasta ahora, los resultados han sido sorprendentes.

 

5. SOINN, ¿el robot que piensa?

Ya el cine y la literatura lo sabían. Un robot es capaz de aprender y tomar decisiones, puede razonar. Aunque la idea parece imposible, el equipo de investigación liderado por Osamu Hasegawa, del Instituto de Tecnología de Tokio, lo ha hecho realidad. Su nombre es SOINN (por las siglas en inglés de Red neuronal de autoorganización en incremento), y ha sido programado con patrones basados en la inteligencia artificial que, hasta cierto punto, lo hacen capaz de adaptarse a diferentes situaciones. Cuando SOINN se enfrenta a nuevos problemas, se basa en información guardada en el pasado para determinar la mejor solución posible. Así, es posible hablar ya de una suerte de criterio artificial. Además, el robot puede pedir ayuda y comunicarse con otros robots a través de Internet.

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