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Harry Moses, Who the #$&% Is Jackson Pollock?, 2006. Tomada de Pinterest.

5 documentales para entender el mercado del arte

Lista 27.04.2016

Los directores de esta selección de documentales sobre el mercado del arte revisan el proceso de valoración económica y circulación de las obras.

A lo largo de la historia del arte se han establecido criterios y esquemas de comercialización que han generado un mercado cuyas reglas al día de hoy generan polémica. En este ambiente, la figura del espectador queda superada, y se posiciona la academia, el artista, el galerista, el coleccionista y las casas de subasta; agentes que han desarrollado un embrollado y sofisticado escenario. ¿Cómo funciona el mercado del arte? y ¿cómo se determina el valor de un objeto–de arte–? Las preguntas son complejas y las respuestas suelen ser aun más ambiguas y evasivas: si se conoce del tema no se pregunta, si se pregunta es porque no se pertenece a la élite que ha generado este sistema. 

En Código investigamos 5 documentales que hablan sobre el mercado del arte: el valor del objeto; la figura del coleccionista; fundaciones, controversias y demandas; el papel de las casas de subasta; y la experiencia del arte después del internet, son los enfoques con que estos filmes abordan este controvertido tema.

 

Who the #$&% Is Jackson Pollock? (Harry Moses, 2006)

Este documental (para no amantes del arte) ofrece una mirada cómica del mercado del arte estadounidense, con acercamientos a historias virales en las que, por ejemplo, una compradora encuentra una rareza en un mercado de pulgas. Esa compradora es Teri Horton, exconductora de camiones de unos 70 años, que encuentra lo que podría ser (o no) un original Jackson Pollock por cinco dólares. Además de retratar cómo se establece el origen de una pieza de arte, expone el elitismo con el que el arte es valuado y la forma en la que los no conocedores son tratados.

—Herb y Dorothy (Megumi Sasaki, 2008)

La historia de Herbert y Dorothy Vogel ha sobrepasado el mundo del arte. A pesar de que él trabajó como empleado de correos y ella como bibliotecaria, esta pareja neoyorquina –que vivía en un departamento de una recámara en el Upper East Side– poseía una mirada específica para adquirir lo que en principio era desconocido pero que después valdría millones. Así fue como construyeron una de las colecciones de arte más importantes del siglo XX del mundo, con alrededor de 4 mil piezas que incluyen a Roy Lichtenstein, Cindy Sherman y Richard Tuttle. En 1992, donaron su colección a la National Gallery of Art para ponerla a disposición del público para siempre. Este documental es un retrato de la pareja.

—The Art of the Steal (Don Argott, 2009)

El documental cuenta la historia de la lucha por el control de la Fundación Barnes, una de las mejores colecciones del mundo del arte moderno e impresionista —con 181 Renoirs, 69 Cézanne, 59 Matisses, 46 Picassos y otras obras—, y que se estima está valuada en 25 mil millones de dólares. A la muerte de Albert C. Barnes, la fundación pasó a manos de la Universidad Lincoln, un pequeño colegio para estudiantes afroamericanos. En una controversial lucha marcada por demandas y cargos por discriminación racial, políticos movieron la colección al centro de Philadelphia, en contra de la voluntad y testamento de su fundador.

—The Great Contemporary Art Bubble (Ben Lewis, 2009)

En septiembre de 2008, Damien Hirst vendía su arte en 11 millones de libras, en una subasta sin precedentes en Sotheby’s. El mismo día, la quiebra de Lehman Brothers derribaría los mercados financieros del mundo occidental. Después, las subastas de octubre y diciembre del mismo año conducirían al mercado del arte a un estado de shock; para 2009 se redujeron en un 75 por ciento. El crítico de arte Ben Lewis estaría ahí para documentar las prácticas inusuales, la especulación y el secreto de una explotación comercial con incertidumbre.

Artoffline (Manuel Correa, 2015)

Manuel Correa cuestiona el arte en la era de internet a través de entrevistas a artistas, filósofos y curadores, quienes concluyen que la reproducción digital del arte lo puede liberar de un mercado complicado y un sistema de exhibición desigual. El siglo XXI ha visto la transformación de la experiencia del arte debido a la incorporación de la tecnología digital, con la producción de «selfies» o, en este caso «arties», como parte de la experiencia de visitar un museo.

 

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