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Designing for the Sixth Extinction (2013-15). ©Alexandra Daisy Ginsberg
Unfold, Open Source Ceramic Waterfilter (2012)
Rhizomatica, Dizha Kieru. Telefonía celular comunitaria (2013). ©Agustine Sacha
FR-EE, FRENTE Arquitectura y RDGV arquitectura + urbanismo, Corredor Cultural Chapultepec (2015). Render. Tomada del sitio web del CCC
Stencil clandestino sirio (2014). En Distobedient Objects del Museo V&A, 2014
Stencil clandestino sirio (2014). En Distobedient Objects del Museo V&A, 2014

5 deseos para el diseño mexicano en 2016

08.01.2016

En octubre del año pasado la ciudad de México fue nombrada “capital de diseño” por un grupo de personas del Consejo Internacional de Sociedades de Diseño Industrial en Gwangju, Corea del Sur. Otro año, otro despropósito gubernamental. La certificación, que tiene entre sus funciones activar la inversión privada, legitimar una administración y construir una imagen global, fue otorgada justo en un momento en el que ciudadanos discutían y luchaban alrededor de uno de los más grandes desaciertos de 2015, el Corredor “Cultural» Chapultepec-Zona Rosa, un proyecto que fue echado abajo como resultado de la presión que ejercieron especialistas, medios de comunicación, vecinos y no vecinos de la zona.

¿Será que 2016 comienza con la inercia de uno de los pocos logros de la ciudadanía? ¿Puede el diseño generar nuevas formas para impulsar el presente? Sí: es una herramienta para imaginar el futuro a partir de ficciones. Aquí, cinco deseos para 2016.

 

1. Seamos menos optimistas para ser más imaginativos

En una entrevista, la diseñadora, crítica y escritora especializada en biodiseño Alexandra Daisy Ginsberg menciona que la disciplina está ensimismada en la idea de un futuro mejor. 2016 es un buen año para que los diseñadores mexicanos se distancien de ideas biempensantes y la esperanza que los caracteriza. Imaginemos futuros posibles, sí, pero para generar proyectos efectivos y realistas.

Designing for the Sixth Extinction (2013-15). ©Alexandra Daisy Ginsberg

Designing for the Sixth Extinction (2013-15). ©Alexandra Daisy Ginsberg

 

2. Hagámoslo nosotros mismos

Si bien no se trata de una idea novedosa —el concepto tiene al menos cien años circulando alrededor del espacio doméstico— la cultura maker ha permeado la disciplina recientemente con propuestas interesantes. En México, la red telefónica independiente comunitaria de Villa Talea de Castro, Oaxaca, es un caso notable. Lejos de la censura, este ejercicio de exploración creativa no sólo minimiza la figura del autor sino que fomenta la cultura de la experimentación para transmitir el saber hacer en los usuarios. Se trata de una práctica autorreflexiva: el diseñador ofrece guías al usuario para que este sea autogestivo, e incluso pueda despedazar, reparar o reciclar la creación original.

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Snap, Be-elastic (2015). Sistema de patas desmontables que permite crear muebles a la medida

 

3. Hackeemos la ciudad

Por una ciudad con muchos autores, en lugar de un diseñador genial. La ciudad hackeada es el contrapunto de la ciudad ideal modernista: una ciudad llena de errores, pequeñas correcciones, grandes actualizaciones, ingeniosos mash-ups. Una ciudad que revela su historia a cada paso, y celebra la inventiva de sus habitantes. Como escribió Edwin Garden en el ensayo “¡Hackear la ciudad!”: «el nuevo arquitecto se asemeja más a un hacker».

La intervención pública de un espacio no implica necesariamente su rediseño. El verdadero reto es ocuparlo desde la manifestación política, como ocurrió con el Corredor Chapultepec. En este caso, la organización civil impulsó la Consulta ciudadana, y ése es un buen camino para seguir construyendo.

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Gilberto Esparza, Parásitos urbanos (2014). Organismo artificial creado a partir de basura tecnológica y sistemas mecánicos y electrónicos

 

4. No pensemos en el diseño como un sinónimo de decoración 

Sí, el diseño puede hacer eso. Pero hay algo que los diseñadores mexicanos pueden aprender este año de algunas propuestas que caminan hacia la resolución de necesidades urgentes. Para combatir el problema de escasez de agua, el estudio Unfold creó Open Source Ceramic Waterfilter (2012), un filtro de agua de uso doméstico e impreso en 3D que puede ser replicado y modificado por interesados con un grado básico de nociones de diseño e ingeniería. Otro caso que fue llevado al código abierto es el catálogo de proyectos de diseño para proteger a las personas en manifestaciones que suceden en medio de crisis políticas —fue parte de la exposición Objetos desobedientes, presentada en el Museo Victoria & Albert de Londres (2014). Por un diseño que camine menos hacia el ornamento y más hacia la solución de problemas en el país; también, por uno que logre superar al prototipo para hacer tangible un cambio, aunque sea mínimo.

Open Source Ceramic Waterfilter (2012) de Unfold

Unfold, Open Source Ceramic Waterfilter (2012)

 

5. No abusemos de la palabra “artesanal”

Este tipo de categorías tienen una función clara: comercializar el diseño. Andrea Cesarman, una de los curadoras de Design Week México 2015, explicó lo que se intenta promover: “[se trata de] diseñadores que tienen este punto de vista arraigado a las tradiciones mexicanas, a las tradiciones artesanales mexicanas y están utilizando esta increíble mano de obra para crear estas piezas únicas y diferentes que hablan sobre la tradición mexicana pero como un punto de vista muy nuevo y muy diferente”. Pero la artesanía está relacionada con su lugar y su contexto, su valor es perpetuar las técnicas y no ajustarlas a las exigencias del mercado. Ante el riesgo de “crear una caricatura de la cultura mexicana”, como mencionó Manuel Samayoa en un texto crítico, será mejor que el discurso de los objetos hable por sí mismo.

Mestiz. Mesa Mori, (2014). Tomada del sitio web de Mestiz.

Mestiz. Mesa Mori, (2014). Tomada del sitio web del estudio

 


Carolina Haaz
es comunicóloga por la Universidad de Sonora. Es coordinadora editorial de la edición en línea de Código. Ha escrito sobre moda, diseño y ciudad en distintas publicaciones, entre ellas Folio, VoceroFrente, El Fanzine y otras publicaciones.

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Designing for the Sixth Extinction (2013-15). ©Alexandra Daisy Ginsberg